Nacimiento y adopción. (No) Todos somos adoptados
El solo hecho de nacer no garantiza el buen recibimiento del recién llegado al mundo, muy a menudo conocemos situaciones de abandono de niños por sus propios genitores.
¿Qué condiciones son necesarias para ser padres en el momento de acoger un niño?
Los seres humanos para poder vivir y desarrollarse necesitan ser adoptados por quienes les rodean, padres biológicos o substitutos que hagan función de sostén y que se ocupen más allá de cubrir sus necesidades básicas.
Adoptar, acoger un hijo, supone un deseo decidido de ocuparse de ese niño en particular, la transmisión de un deseo de vida.
Es por ello que todas las culturas establecen ritos para recibir a los recién nacidos, ritos que dan cuenta de un “segundo nacimiento”. Nacimiento “simbólico” en el que el infans es reconocido con un nombre propio y se le da un lugar en una cadena generacional y en una historia singular.
Cada familia -tradicional o no-, se funda en dicha operación simbólica, sea cual sea el origen del niño.
¿Quiénes pueden ser padres?
Cualquiera entonces, puede ser padre o madre, o mejor dicho, hacer función de padre o madre.
Hoy en día, la ciencia proporciona múltiples formas de procrear.
Sin embargo, el origen biológico del niño o la particularidad de su concepción, no tiene en absoluto el peso que se le otorga. El peso viene dado por el baño de lenguaje en el que el niño está inmerso, antes y después de su nacimiento.
Lo biológico no es garantía alguna, no existe ni la naturalidad ni el instinto como determinante de un querer hacerse cargo de ese hijo. Siempre se trata de factores subjetivos y afectivos que están en juego en cada concepción y posterior aceptación.
La impronta del lenguaje
Lo que anuda los lazos entre padres e hijos está tejido por el lenguaje. Toda relación humana se funda en él, en los entresijos de lo que se dice y lo que se silencia, lo que se sabe y lo que se ignora.
Se trata de comprender que el niño no es una parte o prolongación de los padres, sino un ser con entidad propia y diferenciada, que desde el inicio de su vida hace también sus propias elecciones.
Los niños no están totalmente determinados ni por sus orígenes ni por sus padres.
Desde muy pequeños deciden ser pasivos o muy activos en las respuestas que dan, rebelarse o alegrarse, relacionarse con unos y no con otros. Es en esa trama donde se constituye el ser.
Carmen Collado. Equip Clínic CIPAIS. Psicóloga col. 8149.
Catherine Galaman. Equip Clínic CIPAIS Psicóloga col. 3200.
Anna Gasull. Equip Clínic CIPAIS. Psicòloga col. 573.
Especialistas en Psicología Clínica y Psicoanalistas
Dispositiu d’Atenció a la Parentalitat i la Primera Infància (DAPPI)